27 oct 2008

Printschipessa.

Una gota roja de rocío,
labios carmesí y sangrantes,
una mirada infame e inocente.
Y ella era su propia princesa.

Ya no le importaba,
se había olvidado y quería seguir.




Tenía un pasado pisoteado
y un presente para vivir.

De la confianza perdida
a la inseguridad abrumadora.
Su quebrantada felicidad
ya pronto se disolvía.

Y ella, aún, era su propia princesa.

La lágrima que se escurría,
nadie podía ver.
Su orgullo perfumado de rosas,
creaba barreras.

No más infancia, se decía.
Quiero crecer, y no sufrir.

Y no se vio,

no se sintió,

dejó de ser su propia princesa,

y no pudo ser la de nadie.
















2 comentarios:

Ornella Amato dijo...

Maru, no sabia que tenias blog, esta muy lindo. Te quiero =)
Besitos

Julita.. dijo...

Se que nada que ver con lo publicado, pero me refiero a la foto que esta aqui cerca, a la derecha..
no se vos, pero yo opino que toda mujer necesita un Edward Cullen (L)

te amo marupiess miramarense!