11 ago 2009

le conteur.

Cuenta la leyenda que hace ya mucho tiempo -y por "mucho tiempo" me refiero al tiempo en que el sol calentaba y el hombre aún recordaba el olor del césped-, existía un pueblo ubicado en el actual territorio de los castillos. Este pueblo, conformado por mujeres y hombres, altos y bajos, flacos y gordos, rubios y trigueños, gente de manos ásperas y suaves, tenía una particularidad, o un gran problema, según sea el punto de vista: nunca tuvieron niños.
Y por nunca, me refiero a nunca, jamás.
Se dice que los hombres y mujeres del pueblo de los bóreos llegaron en grandes naves silenciosas, a través de las turbulentas aguas del Nebuloso, en una fecha que pocos supieron y que otros menos recuerdan. Sin embargo, en ninguna de esas naves apareció la carita sonriente de ningún niño, ni se escuchó una risa inocente, ni se vio algún par de travesuras. Habían llegado sin hijos, y sin hijos se habían quedado.
Nadie a lo largo de los territorios del Sol podía explicar cómo hacía este pueblo para sobrevivir. Pocos eran los hombres valientes que se habían atrevido a visitarlos, y todos los que regresaban de aquel pueblo murmuraban lo mismo: "A éstos los trajo el diablo! No envejecen!"
Los brujos de los más altos rangos fueron consultados. Ninguno de ellos parecía encontrar explicación alguna ante tan desfachatada demostración de magia.
Y los bóreos continuaban cosechando, y construyendo, moldeando cerámicas y horneando pan, ajenos a la preocupación externa.
Así fueron pasados los soles. Y las cosechas se repitieron, y los peces del mar murieron. Otros nuevos nacieron y otros hijos del Sol pisaron la Tierra.
Y los bóreos continuaban, intactos, en lo que se transformaría en la Tierra de los Castillos, construyendo nuevas viviendas y comiendo pan de hortalizas.





- ¿Eh? -


- ¿Qué? -


- ¿De qué me estás hablando?! -


- Bueno che! Me preguntaste cómo estaba, yo te respondí, y después me miraste con expresión aburrida y dijiste "Daaale! Contame algo interesante!-












Marie Hochhaus Photography.






Porque quiero ser la mejor cuentista de sueños.

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