4 jun 2010

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Siempre me quejé, porque era lo más fácil. Despreciaba mis ineptitudes, recelaba aquellos defectos. Buscaba la punta de la perfección en un círculo inacabable.


Y ahora, tan solo pido poder tener, algún día -y si es posible en esta vida- el valor suficiente para darte las gracias, o para hacerte llegar estas palabras. Gracias por ese silencioso gen que hoy comienza a desplegar todo su potencial. Gracias por el tácito aliento. Gracias por esa sonrisa casi imperceptible que logré vislumbrar cuando aquel día te conté sobre mi futuro. Gracias por cada palabra barroca y rimbombante, llena de esa miel que tan solo vos podés plasmar en un papel. Gracias porque sé que, de alguna forma extraña e incomprensible, algún día cumpliré tu sueño oculto también.

Gracias abuelo, por regalarme la pasión por la escritura. Ambos seremos poetas cegados por el amor algún día. Hoy.



2 comentarios:

Clari dijo...

LJM.
Y punto.
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(I know you, and him as well, and it certainly made me cry)

Maru dijo...

:D