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23 jun 2010

Buenos Aires II

Pero también están los días de la maldición porteña. Y no son pocos ni son fáciles. Cuando la ciudad arma su complot hay que prepararse, porque todo puede salir mal. Corrijo: todo va a salir mal.
Empieza tímidamente: el colectivo pasa de largo y llegás tarde al colegio. No importa, sos un tipo duro, te la bancás. No podés falta nunca más hasta fin de año porque te quedás libre, pero todo bien. Seguís adelante. La mañana en el coelgio es una porquería, como corresponde: nadie esperaba otra cosa. Probablemente Belén, la profe, está más inspirada que nunca con la problemática adolescente y redobla sus esfuerzos por salvar el universo. Con seguridad vos quedás justo en el medio entre el universo y ella, y te llama para conversar un rato, esperando que le cuentes las cosas tristes de tu vida, que te desahogues con ella. Vos querrías ahogarla maás que desahogarte, pero no, sos un tipo centrado, ya estás grande. Lo dejás pasar. Te entregan alguna que otra nota mala: un clásico, no importa. Aparece un papelito donde una de tus compañeras escribió tu nombre y al lado puso que te ama o te odia -da lo mismo-y eso arma un terrible conventillo, pero vos sos un tipo recio que no se engancha con esas giladas, y seguís de largo.
Superada la mañana, volvés a tu casa a almorzar. No, error, hoy toca almuerzo en lo de tu abuela. Salís con hambre pero dignamente a tomar el subte que, como era previsible, no anda. No hay problema: no son tantas cuadras en realidad y vos sos un tipo atlético, pueden hacerse caminando. Y entonces se larga una de esas lluvias que en general pasan en otros países, pero no acá. Y ahí sí, como que empezás a fastidiarte un poco, sobre todo cuando pisás una baldosa rota y se te empapa una zapatilla (nunca las dos, siempre una, porque es incluso más molesto). Ni hablar de paraguas, esos son artículos que usa la gente de más de 30. El tránsito empieza a enquilombarse, suenan cada vez más bocinas. Un tipo quiere pasar a otro auto y hace una maniobra jugada muy cerca del cordón: no logra lo que quería, pero toda tu ropa queda llena de barro.
Obviemos el almuerzo en lo de tu abuela, que salvo por lo de "ponete un saquito", siempre está más o menos bien. El problema es cuando tenés que irte, porque tampoco podés quedarte a vivir ahí.
"Buenos Aires es una ciudad hermosa, aunque no está preparada para la lluvia", te decís, tratando de recordar una técnica de relajación mental que te enseñó alguna vez un compañero oriental. Vos sos un tipo paciente, e igual ya tenés las zapatillas mojadas (a esta altura sí, ya son las dos), así que encarás hacia tu casa. No vas a cometer el error del subte otra vez: sos un tipo experimentado. Te tomás el colectivo que curiosamente para, pero tiene tanta gente adentro que las extremidades de los seres salen por las ventanillas. Subís igual, porque sos un tipo ágil, y con un gesto de civilización que sorprende a muchos, te disponés a pagar el boleto. Pero las moneditas están mojadas y pasan de largo por la máquina, y el colectivero -el señor colectivero- empieza a perder la paciencia y a apurarte para que busques otras. Que por supuesto están en un lugar imposible cerca de muchas otras humanidades, que por supuesto protestan primero en un murmullo y luego cada vez más violentamente, jurando que van a denunciarte porque estás intentando meterles la mano en la cartera (en la cartera que saben que trajeron pero que ya nadie podría encontrar, en el medio de ese revuleto de ombligos y nalgas y niños que lloran que es el colectivo). Como sea, el mal momento se detiene porque se anuncia otro peor: el colectivo está parado hace rato frente a una barrera que -está claro- no funciona. "Pibe, bajate y levantala", escuchás, y buscás desesperadamente un pibe que se haga cargo. Pero las señoras te están mirando: no hay escapatoria. Bajás porque sos un tipo gauchito, levantás la barrera y, como corresponde, el colectivo pasa y sigue de largo, dejándote a pata. Más allá de la barrera, comprobás que hay como una laguna en la que, si tuvieras los elementos, podrías ponerte a pescar, porque se abrió una de esas tapas que hay en el asfalto y apareció un maravilloso géiser urbano.
De algún modo te las arreglás para llegar a tu casa donde, por supuesto, se cortó la luz. Como sos un tipo en un estado lamentable, subís con lo que te qued de vida los ocho pisos por la escalera y te desplomás dentro de tu hogar maldiciendo la lluvia, los medios de transporte, a las señoras con cartera, a esta ciudad cochina donde todo queda lejos.
Cuando finalmente, después de bañarte, te vuelve el calor al cuerpo y te vuelve la luz al departamento, te tirás en la cama a mirar tele sintiéndote un pobre tipo, y llega tu mamá que lanza un: "Ni me hables, no sabés todo lo que me pasó hoy: había una manifestación y cortaron la 9 de julio".
Buenos Aires tiene sus días. Hay que tratarla con cuidado.


Florencia Gattari, Posición adelantada



5 abr 2010

"Fantasy and reality often overlap."


-- Walt Disney





23 mar 2010

la vie quotidienne.

“It is better to be hated for what you are than loved for what you are not.”

— André Gide






27 nov 2009

le cercle de vie.

"Ven, Wilkilén, siéntate a mi lado -le había dicho Vieja Kush-. Voy a contarte de una que, a partir de esta noche, será mi hermana y compañera eterna. No te asustes cuando escuches su nombre; ni la culpes por hacer lo necesario. ¿Conoces a alguien a quien le agrade comer manzanas que pendan años y años de los árboles? Tampoco lo conozco yo. Y dime, ¿cómo nacerían manzanas nuevas si las que ya cumplieron con lo suyo no dejaran sitio en las ramas? ¿Podríamos tú y yo ser viejas al mismo tiempo? ¿Quién le enseñaría a quién? La hermana muerte carga con una tarea que todos comprenden pero pocos perdonan. Sin ella, los hombres no mirarían el cielo en las noches claras. Tampoco cantarían. Sin ella, no existirían ni el suspiro ni el deseo. Sin ella nadie en este mundo se ocuparía de ser feliz."








Liliana Bodoc - Los días de la sombra (La Saga de los Confines)




Andreas Allgeyer Photography.
Dedicado a Kuy-Kuyén, de Wilkilén ♥

18 oct 2009

la vie.

Velita inicial

Adagio

Ardiente y despojado tiembla, erguido
pétalo convocante, que en la mira
es penacho de un pulcro tallo unido
a un gordo y dulce bulbo de mentira.

Es la luz unitaria del sentido
de Susana y Horacio, que en la pira
sus entregas de amor han ofrecido.
(Marina pareciera que suspira).

Comparte la familia agradecida
el primer cumpleaños de su vida
que ya promesas de la gracia amaga.

Y la ascética flor del cirio alumbra,
como guía que atrae en la penumbra
hasta que el soplo del ritual la apaga.

Monumento

Allegro

¡Felicidad Marina! El coro exclama
la augural alegría del momento;
la puslión de la fiesta va en aumento
en cuanto el rito canceló la llama.

Y cuando ceda en su divertimiento
de manera en que el ánfora derrama,
aceptaré el ocaso de la trama
al hacer de Marina el monumento.

Porque su gracia empapa mi babero;
porque me muestra su primor primero
que su rosa de beba está completa;

porque al reírse prende una luz nueva;
porque al moverse logra que me mueva;
porque es preciosa y, en fin, porque es mi nieta.



Zurich, 8 de octubre de 1991.
Lorenzo Juan Maffeo

27 sept 2009

vivre comme.

"Suppose we have only dreamed, or made up, all those things -- trees and sun and moon and stars and Aslan himself. Suppose we have. Then all I can say is that, in that case, the made-up things seem a good deal more important than the real ones […]. I'm on Aslan's side even if there is no Aslan to lead it. I'm going to live like a Narnian even if there is no Narnia."





C.S. Lewis - The Silver Chair




Alex Morrice Photography.

10 sept 2009

la prophétie.

"Hago la ronda de la serpiente
ronda que junta cabeza y cola.
Hago la ronda de la serpiente
que estaba partida
y se hizo redonda."




Liliana Bodoc - Los días del fuego (La Saga de los Confines)







Kimberly Li Photography.

2 ago 2009

le temps.

"En su implacable tarea de transcurrir, pone el tiempo señales para que las criaturas recuerden que siempre está, y pasando. La caída de las hojas, esa es una señal. Las distancias de la Tierra, esa es otra. Pero como las criaturas son olvidadizas, el tiempo tiene los amaneceres."



Liliana Bodoc - Los días de la sombra (La Saga de los Confines)



Gene Photography.

5 abr 2009

la solitude de l'étant.



"Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra."






(G.G. Márquez, Cien años de soledad, p. 471)






Y será, tal vez para siempre, la mejor síntesis del todo, de nosotros, de la esencia del ser.